viernes, 27 de febrero de 2015

150222 - La gran corrida del Domingo de Piñata. (cronica taurina)

(Lease con afectación, en plan Matias Prats)

     Tarde  de un febrero  casi primaveral. El público se agolpa en el coso del Diablo expectante y abierto a disfrutar  sin medida de la primera corrida de la temporada.


     En el callejón , en los chiqueros y sobre todo en el nuevo burlaero que estrena  el coso , los maestros  aguardan impacientes a que el aguacil   obtenga el permiso de la presidenta para iniciar el paseo.

     Y al toque del clarín, a las 13:00 horas, el alguacilillo Juan el  enchufes  garbosamente  obtiene de la presidenta Carmencita  la aquiescencia para que comience el evento. Una magna corrida que será ampliamente  glosada en los anales de la Tauromaquia.

     Palma del Rio, cuna de grandes Toreros, se viste de gala para recibir, bajo los aplausos y la pañolada de los aficionados, a los maestros del Arte del Toreo que hacen su aparición   desde la puerta del Diablo,  en la Calle Portada: Manolito fotillos abre el camino , de azul turquesa y oro, seguido de Antonio  Ruiz el-del-taco , de rojo y gualda y  el niño de Palma, en rosa afiligranado y  plata.

   
 Palma del Rio, se viste de fiesta carnavalera en este febrero festivo y recibe  alborozado  a los maestros del toreo que  escenificarán  desde la canícula al ocaso el digno , masculino y tan nuestro arte del Toreo.

     Los tres maestros hacen su aparición en capote de paseo,  con su andar  torero y garboso, seguidos de  toda una cohorte de 23  participantes  en el festejo taurino entre los que se encuentran  los subalternos, Bariche segundo  , un artista de la banderilla, Manoli Namasté imprescindible al quite y  como picaor, el Nano de Palma  que monta hierático y serio  su caballo Babieca,  que trota  nervioso  a la espera de enfrentarse al  morlaco.

     Siguen en la comitiva  diligentes monosabios, aficionados, maletillas,  folcloricas  de imprescindible presencia cuando se trata del toreo. Incluso el apoderao  aparece entre la cohorte de  artistas y miembros de la farandulera empresa.

     Y por fin , en el redondel   de la Plaza de la Constitución , tras el toque  de un clarín clásico  aparece el primero de la tarde: Boticario,  magnifico ejemplar  negro zaino  de 490 kilos  sale  raudo de los chiqueros  hasta la plaza donde es recibido por es-pal-taco  a porta gayola, en una serie de naturales que levanta al publico de sus asientos y  hace que sin solución de continuidad se hilen uno a uno los compases de pasodobles clásicos y tan nuestros como  la España Cañi, o paquito el chocolateiro , con un cierto toque gallego.  Aparece   Bariche Segundo   que  con  un arrojo y arte supremo  coloca en toda la punta   del morro  las banderillas , en un quiebro solemne y a la vez  delicado y  hermoso. Los subalternos   arrebolan a Boticario mientras toma posiciones  el Nano de  Palma,  que a lomos de Babieca  se sitúa en los tercios de sol  con un trote simpático  a la par que artistico.

     Boticario  arremete contra  Babieca y  el picaor   aprieta la puya  hasta que el  morlaco  se amansa y queda listo para  la faena de muleta. Cualquiera diria que  Boticario ha recibido un gran puyazo.
La faena de muleta  genial,  concatenados resultan los lances, pases de pecho, naturales y chicuelinas   para  finalizar con una impresionante estocada que da con los huesos de  Boticario en tierra. El público revienta en oles, aplausos, pañuelos , pidiendo   el trofeo para el maestro al que por fin la presidenta , sin hacerse de rogar demasiado accede  generosa concediendo dos orejas  que entrega el Alguacilillo, ante el delirio del gentio. Y en la vuelta al ruedo, la apoteosis final, aplausos ensordecedores  y  desmayos de las folcloricas que  piden  relaciones al maestro en una bacanal de desenfreno y  pasión en el que incluso vuelan bragas  y sostenes en un ardoroso ambiente.

       Y asi,  el segundo toro ,  Boticario segundo,  toreado  tambien magistralmente, en  los terrenos  del albero del paseo  por Manolito fotillos con absoluto éxito  y   ya en la plaza de  Andalucía, en un gran ruedo abierto por el público,  una rotunda faena del Niño de Palma,   ante el toro Manuleto, de un gran tamaño, negro, bragao y meano,  con unas graciosas  manchas blanquecinas  en los cuartos traseros (que me he fijado en ello).

    Y asi transcurrió , señores,  una gloriosa tarde  de fiesta, amistad y compañerismo.Tarde que quedará inscrita en las crónicas  de la tauromaquia y cuya galeria completa de  imágenes, del que aquí sólo  aparece una muestra seleccionada,  las podéis apreciar  en el Google +. Solo resta a este humilde
cronista despedirse  esperando que hayais disfrutado  del arte derramado por  estos  espadas que hacen lógica y veraz la manifestación por todos conocida de que “donde se ponga una buena corrida, que se quite el futbol… (y los toros, e incluso en senderismo).


(Si habeis llegado hasta aquí leyendo es que teneis mucho delito!!)

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