ACTIVIDAD SENDERISTA REALIZADA COLABORANDO CON EL PATRONATO MUNICIPAL DE DEPORTES DEL AYUNTAMIENTO DE PALMA DEL RIO.
Entorno: Badolatosa (Sevilla) - Jauja (Córdoba)
Participantes en la Actividad: 48 personas de las que 31 son socios del GRUPO SENDERISTA PALMEÑO.
Guias: Manolo Garrido (GSP) Fernando Mohedano (GSP) y Francisco Osuna (Los Ruteros del Sur)
Realmente se hace complejo escribir esta crónica sin extenderse demasiado y seleccionar 4 o cinco fotografías de las mas de 150 que hemos colgado en google + y que todas y cada una han dejado constancia no solo de espléndidos paisajes sino de momentos casi mágicos de
alegría y compañerismo.
Salió el autobús puntualmente del lugar de costumbre y casi inmediatamente nuestro guia Fernando tomo la palabra para comentarnos los pormenores geográficos e históricos de la ruta del Tempranillo, extendiéndose en la vida, historia y leyenda de José María el Tempranillo, que nacio y murio en estas tierras, pero que durante sus primeros años de bandolerismo lo
ejerció en la Sierra Morena, muy cerca de la zona de la pasada de las Algeciras, en el parque Natural de Hornachuelos. Es pues esta Ruta un hermanamiento entre Palma y Badolatosa, tanto por la leyenda que une las correrías del Tempranillo, como por el Genil que transcurre majestuoso entre Badolatosa y Jauja y va a morir en el Rio Grande en Palma, como por los fuertes lazos de amistad que han surgido entre nuestro grupo y los Ruteros del Sur, con Paco Osuna a su cabeza.
Entre los participantes hay que hacer una mención muy especial a José María, domiciliado
en Palma pero nacido en Badolatosa y descendiente del Tempranillo, y su Mujer, Toñi que particularmente disfrutó del paseo y del encuentro.
Ya desayunados en Badolatosa en el BAR RESTAURANTE LA BODEGA, y hechas las presentaciones, nos ponemos en marcha y solo internarnos en la ruta, pasado el embalse de malpasillo, comenzamos a disfrutar de unos maravillosos parajes, por la ribera del Genil, que entre meandros va formando encantadoras lenguas e isletas, como la isla de la Vibora poblada de juntos y de una gran variedad de
patos y aves acuáticas.
Dejamos el rio a nuestra izquierda y el castillete a la derecha para iniciar una leve subida, que tras pasar el arroyo Pontones, por un puente rustico construido por nuestro amigo Paco, comienza a ponerse bien cuesta arriba en un tramo de unos 500 metros hasta ponerse en la máxima altitud (437 m), cuando teníamos ya 6,2 km recorridos. Desde alli, en un mirador natural las vistas son impresionantes. el rio serpenteando, enfrente, el cerro del espejo, a la izquierda , a lo lejos el embalse de malpasillo y detrás casi en una continuidad inseparable, Badolatosa y Jauja, muy cercanos y solo
separados, o unidos, por el rio.
Continua nuestro camino, perfectamente llevados por los sabios comentarios de Paco y maravillados del chiquillo del pueblo, que correteaba por los caminos sin parar hasta el punto de equivocarse y equivocarnos mas de una vez, Pero no menos admirable fue la "juntiña" que tuvo con Juan, un participante de avanzada edad pero que anda infinitamente mejor que cualquiera de nosotros.
Seguimos rodeando el cerro de la cabrera que vamos dejando siempre a nuestra derecha en un movimiento circular, hasta llegar, a la mitad del camino a un pozo donde abrevaban caballos y los lugareños de Corcoya a coger agua. Mas tarde, ya en franco regreso, dejamos atrás la aldea de Corcoya y llegamos a la ermita de la Fuensanta, cuyo santero amablemente nos abrió para que la visitaramos además de abrir las cuevas donde el famoso bandolero escondía los caballos.
Continúa nuestra visita dejando a la derecha las antiguas minas de hierro, que han dejado galerías, y cuevas en las que era francamente fácil esconderse de los migueletes y giramos fuertemente a nuestra izquierda para ir en busca de la mayor de las atracciones : EL PONTON. Pasa el camino por encima del arroyo pontones y bajo este el arroyo ha horadado poco a poco la piedra con mineral de Hierro para formar una preciosa oquedad rojiza.
Debido a la dificultad del descenso no todos los participantes bajamos al ponton sino que un gran numero continuo caminando por otra fuerte subida hasta llegar, ya casi al final, al un precioso mirador en alto sobre los meandros del Genil en el que disfrutamos haciendonos fotografias y admirando de nuevo el paisaje.
Sobre las 14:30 finalizó el sendero, pero no nuestra visita, sino que después de una buena comida que había organizado Fernando en el restaurante LA BODEGA, nos dirijimos algunos a conocer el centro de interpretación del rio
Genil en Badolatosa, en el que nos atendió Inma con una profesionalidad, un saber estar y una gracia que consiguió arrancar todo nuestro interés y admiración cuando a priori no era este museo el favorito.
Tras la visita a este museo nos dirigimos a Jauja para conocer el museo del Bandolero, que partía como favorito, pero realmente, a decir de todos los asistentes decepcionó y el comentario común fue que "no vale lo que cuesta".
Y a eso de las 18:30, cansados pero muy
contentos y muy satisfechos nos volvemos a Palma, no sin antes dar un fuerte abrazo a Paco y Antonia, y prometerles por parte del GSP, que montaremos una actividad próximamente para que conozcan el parque natural de Hornachuelos y poder asi agradecerles y devolverles el cariño y la pasión por su pueblo que han mostrado en todo momento.
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