Kilómetros: 6,57
Tiempo empleado: 3 horas reales, 1:55 efectivas
Desnivel: 385 m.
Velocidad media: 3,52 km/h
Participantes: 19
Este sendero no estaba programado... Ni siquiera sabíamos muy bien por donde estaba. Solo sabíamos que teníamos ganas de andar juntos y ya está.
Lo del nombrecito esta bien, pero es un invento. en realidad es parecido pero así queda mejor. este Grupo senderista parece que va a la deriva pero no: va del bar el diablo a la colada del diablo... así no se nos perdonarán nuestros pecados.
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La primera elección consiste en decidir si vamos por el camino fácil, por arriba o bajamos por una empinadisima escalera de unos 6 metros de caída hacia el centro de la colada y gateamos por ella. No hay discusión, este grupo esta loco: bajamos por la escalera y continuamos haciendo alpinismo de salamanquesa entre piedras y riscos, hasta que en una ligera ascensión llegamos a recuperar el camino.
Avanzando, Juan nos indica que aún una cueva que hasta hace treinta años estuvo habitada por una familia, y allá que van los aguerridos andarines y andarinas a gatear hasta llegar a la cueva. Algunos nos quedamos abajo guardando las mochilas y otro ( Fernando el Ecijano) anduvo trochando montes para conseguir un
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| Los aberronchos en el algarrobo |
Continuamos por la senda camino del Castillo de Setefilla, a través de una senda ascendiente plagada de jara negra, tomillo, romero y palmitos de los que Toñi y carmen dieron buena cuenta, hasta que llegamos a la carretera de Lora a Constantina, desde donde sale a la izquierda un ramal que asciende hasta llegar al castillo de Setefilla.
Este Castillo, o lo que queda de el es una antigua alcazaba árabe de las que se consideraban como adelantados o cabezas de puente en la conquista musulmana ,
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| nuestros principales activos: nuestras mujeres |
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| tapaditos que llueven boñigas |
Y por fin llegamos a Setefilla, y allí no se podía entarr en el santuario: no había mas que gente vulgar bien vestida cantando canciones religiosas y rezando el rosario. Por mas que dimos vueltas buscando el kiosco de las cervezas no lo encontramos, y cuando vimos que el Nano se puso a jugar al golf en el atrio de la iglesia ante la mirada atónita de las santurronas decidimos que lo mejor era irse que allí no nos iban a perdonar nuestros pecados.
Eso si, había ya hambrecilla en el cuerpo El porque unos locos pretendían comerse el paraguas. Al final de Setefilla, en el algarrobo centenario nos echamos algunas fotos, sobre todo a pepe que se fabrico una honda con palmitos y se la colocó de cofia. A partir de aquí, y ya iniciando el camino de vuelta, emprendimos un descenso vertiginoso entre las rocas dejando a la derecha el ruido desagradable de los coches que circulaban por la carretera que estaba allí. Y QUE IVA AL MISMO SITIO QUE NOSOTROS!!
Y nos volvimos descubriendo caminos nuevos y riéndonos como siempre hasta llegar a los coches. Anécdotas?, unas pocas: una caída sin consecuencias, los espárragos del Fernando, la boñiga, la rotura del pantalón del Nano ( véase la fotografía del agujero negro) y algunas mas, 
En definitiva otro día magnifico, un senderito nuevo al que le hemos puesto nombre y a destacar dos cosas entre todas: La empinada escalera, y Los caracoles del Guerra
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