Fecha: 18 de septiembre de 2016
Desde Benamahoma al Bosque, y volver a Benamahoma.
En la Sierra de Grazalema ( Cádiz )
Participantes: 13
kilómetros 13, 22
Dificultad media-baja.
Se presentaba un día típico de septiembre, fresco por la mañana pero amenazaba calor a medio dia,
y asi fue. Pocos participantes, porque la verdad es que queda lejos para un sendero en principio tan corto... pero merece la pena por la belleza de sus parajes .
Llegamos tras parar a desayunar en el camino a eso de las 10 de la mañana e inmediatamente comenzamos a andar, pero con una particularidad: que dejamos nuestros vehículos den la parte alta de Benamahoma, entrando por el acceso sur, y desde ahí hasta llegar al comienzo del sendero hay una fuerte pendiente que se hizo notar a los que a la vuelta, a eso de las cuatro de la tarde fuimos a recoger nuestros vehículos.
Pronto comenzamos a internarnos por el valle entre sombras de eucaliptos, quejigos, nogales y mucho bosque de galería que circunda el rio. El sendero estrecho va y viene ahora por la margen izquierda, ahora por la derecha, atravesando infinitas veces el rio por estrechisimos puentes.
En un buen ambiente de camaradería, cada uno fue haciendo el ganso como pudo, Fernando haciendo el mono, alguno contando chistes... y Manoli demostró sus habilidades como portera de futbol haciendo una increible parada, de no se qué... pero digna de los mejores porteros de primera.
El caso es que pocos nos dimos cuenta, y que tropezó en lo más llano, pero más rápida se levantó, seguramente impulsada por dos potentes airbags que pararon el golpe y yo diria que la hicieron rebotar. Más que un "chochazo"... fue un tetazo en toda regla. Y lo mejor, todo se quedo en el susto porque no se hizo daño nada, y del incidente solo quedó un par de manchas de polvo, allá donde los airbags actuaron.
Cuando llegamos al Bosque, visitamos la piscifactoria, donde Fernando se empeñó en descubrir y rebautizar a un pez largo , gordo y con la cabeza roja que por alli había, y después nos fuimos a tomarnos una cervecita al bar de enfrente, para recuperar los niveles de cebada en sangre.
Pronto emprendimos la vuelta porque se nos echó el calor encima, además de que el sendero se fue llenando de gente
hasta convertirse en una auténtica romería, de niños, mayores, personas sin preparación ni medios... y asi sucedio lo unico que podia suceder: Nos encontramos a una señora en lo más profundo del sendero con una pierna rota. Tanto Paco, como Fernando, que siempre llevan botiquín, auxiliaron a la señora con lo que podían, y dejándola con sus amigos que ya esperaban las asistencias, continuamos el camino.
Por muy bella que sea la montaña nunca hay que descuidarla ni descuidarse porque en cualquier momento puede aparecer el incidente.
A eso de las tres llegamos un poco acalorados al
fin del sendero donde había un merendero con sombra en el que por fin nos comimos nuestros bocadillos y pronto iniciamos el camino de vuelta hacia Palma, como siempre satisfechos y contentos de la buena compañia y la belleza del sendero.
Mas fotos en google+ y un video en youtube.
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