141214 - LOS QUEJIGALES Y LA TORRRECILLA

Entorno: Sierra de las Nieves.

kilómetros: 15,04
Desnivel : 600 m
Dificultad: Alta, por nieve
Participantes: 13

ACTIVIDAD SUBVENCIONADA  PARA EL FOMENTO DE ACTIVIDADES RELATIVAS AL BIENESTAR SOCIAL EFECTUADA POR EL AYUNTAMIENTO DE PALMA DEL RIO PARA EL EJERCICIO 2014

El tiempo  presagiaba  lluvia  y frio, y lo más  normal  era que a esa altitud  hubiera algo de nieve.

Esta  ha sido una actividad  de las programadas  por el GRUPO SENDERISTA PALMEÑO, e incluida entre las subvencionables por el Ayuntamiento de Palma del

Río. Pero ante las dificultades meteorológicas que se presentaban y la cercanía de las fiestas navideñas  han sido pocos los  valientes que se han atrevido a  desafiar la montaña y el tiempo, con la esperanza de apreciar las maravillosas vistas  que se aprecian desde este punto de la Sierra de las Nieves , a 1884 m de altitud.

Los tres  montañeros han sido, Manolo, Antonio y  Paco, que muy de mañana  se han desplazado en un vehículo hasta el punto de inicio del sendero.

Ya cerca del punto de inicio comenzó una lluvia fina y persistente que poco a poco , y según iban

ascendiendo se transformó en nieve que  junto al  fuerte viento que hacia pronto se transformó en  una fuerte ventisca  que por mucho que fueran preparados empapó pronto sus ropas y  les caló hasta los huesos.
Comienza la ascensión  con un precioso pinsapar en el que ya se aprecian los primeros copos de nieve.

Hubo un momento en que  Manolo y Antonio  decidieron que era imposible seguir, aunque Paco decidió continuar un poco más  armado de valor. pero  confiesa que llegó a un punto en que  tuvo que volverse y sintió  la fuerte desazón que aparece cuando  la nieve ha borrado tus propias pisadas y la niebla cada vez mas densa hace que te desorientes.

Afortunadamente   pronto se encontraron y bajaron  rápidamente antes de que   se complicara aún mas el tiempo.

Para algunos  esta salida ha podido ser una locura, afortunadamente sin consecuencias. Pero para los que amamos  la montaña  sentimos con cierta envidia  no haber podido participar en la belleza  de la aventura vivida. Ya no importan las vistas  ni las panoramicas nulas en la niebla, sino  la aventura por el puro placer de la aventura misma.

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