Dificultad: baja.
Kilometros: 12
Participantes: 18
Nuestra crónica, como grupo senderista ha de ser de la realización de este sendero, pero no podemos olvidar la realidad de un calor sofocante que nos atenaza en este torrido agosto por lo que nuestro grupo organizó este sendero, dentro de una excursión de un dia a la Playa de Valdelagrana, desde la que parte el sendero mencionado.
Partió el autobús puntualmente del sitio de costumbre a la 7 de la mañana. 44 personas entre socios, amigos y niños.con ganas de playa, pertrechados , además de los elementos de andarines, con la nevera, la sombrilla y la silla... y alguna que otra sandia.
A mitad de camino parada y desesperación obligada para el desayuno: El lugar estaba muy concurrido de personas y gran cantidad de autocares con la misma intención playera que nosotros y la misma necesidad perentoria de desayunar... y de hacer un pis, con lo que la cola para el wc recordaba las de la expo del 92 (aquellas maravillosas y kilometricas colas)Por fin llegamos a Valdelagrana, ciertamente tempranito y tras apropiarnos de una breve parcelita en la playa, las 18 personas dispuestas a andar comenzamos a hacer el sendero. guiados por Mari Carmen y Juan Manuel cuya actuación fue impecable.
Al principio la temperatura era agradable e invitaba al paseo, a través de los pinares, aunque despues, al integrarnos en las marismas y salinas de la desembocadura del rio San Pedro, la temperatura ya era un poco bochornosa, si bien al acercarnos de nuevo a la orilla del mar recuperamos el pinar, la vegetación autoctona, y la brisa refrescante que se levanto al medio dia.
Ya casi al final nos encontramos un chiringuito donde tomar algun refresco o cervecita fresquita,recuperar el aliento,echar unas risas.....y a continuar hacia la playa que quedaba cerca, y una vez alli, los que todavia teniamos ganas, caminamos disfrutando descalzos por la orilla del mar.
Y cada cual llego a donde tenia su toalla,su nevera etc. . Unos nos fuimos de chiringuitos y disfrutamos de las cosas que no da la mar,otros se bañaban.otros caminabamos por la orilla de la playa....y asi hasta las 7.30 que iniciamos el camino de vuelta, con la sal en la cara, alguna que otra rojez del calor y sobre todo con el recuerdo salobre de un dia estupendo disfrutando de la naturaleza, la playa y los amigos.
Cónica de Paco Caamaño
