Entorno: Sierra Morena en Córdoba
Kilómetros: 16 (+ iva)
Dificultad: moderada ( baja en casi todo el camino, excepto en dos fuertes repechos)
Participantes: 27 socios y una bicicleta
Duración: 5 horas y media
Puntualmente a las ocho de de una mañana que amenazaba lluvia, hemos salido repartidos en varios coches particulares. tras una breve parada en el camino para desayunar algunos, hemos llegado al punto de partida., situado en el taller de autobuses de Córdoba.
Este es un sendero muy clásico para los Córdobeses dado que por él transitan los romeros de Santo Domingo, si bien el camino no lo hacen por donde hemos caminado nosotros, sino que cruzando el arroyo Pedroche se desvían por la izquierda en una pista bastante cómoda que va desde ese punto , enlazando con el Barrio del Naranjo, hasta Santo Domingo.Nosotros, por hacerlo circular, desde el punto en que se bifurcan los caminos hemos cogido por la derecha, siguiendo el curso del Arroyo, hasta el Santuario y hemos vuelto por el camino romero, hasta enlazar en el mismo punto.
Lo primero que nos encontramos con estupor es que nuestro guia para este caso, Fernando (a. el tio de la bota) se puso serio y recordó que el era el guia y responsable y que nadie debia ir por delante del guia (Fue tanto el caso que le hicieron los "acongojados andarines, que cuando se paraba a consultar el GPS o a hacer un pis, todos los demas esperaban pacientemente detras de él).
Ya al comienzo del camino hemos notado la ausencia de nuestro compañero Tomas que no se sentía en plena forma y ha preferido quedarse guardando nuestros vehículos, lo que le agradecemos eternamente, porque ni nos ha cobrado ni nada. Gracias, Tomas, y recupera pronto tu forma que te necesitamos con nosotros.
También desde el principio vemos que , como en otras ocasiones nuestro socio Antonio viene acompañado de su querida Berengaria Hermosilla (BH). Berengaria, a partir de ahora socia de honor de estos andarines, es una hermosa bicicleta de paseo que ya no es que la utilice para el sano deporte del duatlon: Hay química entre
Antonio y Berengaria; es un idilio que ya viene durando de
otros senderos (recuérdese el de noviembre pasado al cerro del Hierro) y lo que comenzó como una aventurilla pasajera ya es un amor verdadero y duradero que los une cuando llega la dificultad que los funde funden en un abrazo desesperado, mimoso, enamorado, y se la echa a cuestas... y cuando lo malo ha pasado y las circunstancias son más favorables , va y la monta ( con perdón).
Por cierto también hemos de hacer mención a nuestras dos otras socias de honor, las hermanas Pérez Sánchez,
Gracita y Genoveba (GPS) que al contrario de su pésima actuación el día de la ruta de los Pilones esta vez se han portado perfectamente y nos han llevado ambas por el camino correcto. O es que las hermanas han madurado, o es que los que las llevan ya saben pedirle las cosas con cariño y comprensión.
Comienza el paseo atravesando en fila india un precioso bosque de galería por el que también transitan muchos otros caminantes y ciclistas y , desgraciadamente, algún que otro motero metiendo ruido.
Mas o menos a los 6 kilómetros de ir andando comienzan las dificultades para todos menos para Berengaria que va plácidamente a cuestas: La ribera del arroyo se encrespa en complejas rocas que hay que gatear hasta llegar a un nuevo llano, en medio hay unas ruinas , donde poco plácidamente pastan las cabras sufriendo los ruidos ensordecedores de cuatro locos que andan por alli haciendo cross.
A partir de aquí, y aconsejados por el cabrero ( no tenemos nosotros mucha suerte con los cabreros, porque éste es el segundo que nos indica un camino y luego se descojona vivo) tomamos el camino más largo, y según él el más cómodo, para enfrentarnos a la famosa cuesta de Santo Domingo, o también rebautizada como los 300 metros. Efectivamente 300 metros de cuesta con un 46% de desnivel y que hay que subir gateando prácticamente (Excepto Berengaria que todavía no nos explicamos como habrá subido).
Ya subida la cuesta y repuestos del sofoco vemos a no mas de 400 metros el Convento de Santo Domingo y la Ermita de San Alvaro, hacia donde nos dirigimos para dar cuenta de nuestros bocatas y reponer fuerzas para el regreso..
La vuelta la iniciamos por el camino romero de la derecha que va a desembocar en el mismo arroyo Pedroche. Esta vuelta se hace muy rápida porque tiene una leve y continua bajada por un valle mas abierto que el anterior, por donde transcurre el Arroyo de Santo Domingo.
Y aquí termina la primera de las actividades de este nuevo año que promete ser muy completo en actividades deportivas y lúdicas y sobre todo donde reine la amistad , la alegría y el amor por el deporte y la naturaleza, no sin antes destacar que tuvimos dos mojadas al cruzar el arroyo, la primera de Rafael que resbalo en una piedra, cosa esta normal en un senderista, pero la segunda fue algo que veíamos venir desde el Cerro del Hierro, y al final, tanto amor tanto amor y tanto roce hizo que berengaria se encabritara y tirara a Antonio al arroyo, convirtiendo el recién inventado deporte del "duatlón de paseo" en triatlón, especialidad remojón enl charco.
Y sin más nos despedimos todos de Berengaria, Gracita y Genoveba hasta la próxima.
Como siempre la galería completa de fotografías las puedes encontrar en google+ de acceso restringido para los socios.